Asera: La Diosa Olvidada de la Antigüedad que Desafió al Patriarcado

Al hablar de divinidades históricas, a menudo se nos vienen a la mente nombres como Zeus, Thor o Júpiter. Pero ¿qué hay de las diosas y dioses menores que fueron dejados atrás por el tiempo y la ignorancia humana? En este artículo, nos enfocaremos en Asera, una diosa olvidada de la mitología cananea que no solo fue marginada por el patriarcado, sino que ahora resurge como un importante símbolo feminista y de lucha contra la opresión de género y sexualidad.

Culto a Asera en la Antigüedad

¿Quién era Asera en la mitología cananea?

Asera era una antigua divinidad femenina que se adoraba en el Levante Mediterráneo (lo que hoy serían países como Israel, Palestina, Líbano, entre otros) durante la Edad de Bronce. Era considerada como la Reina de los Cielos, una diosa madre de la fertilidad y la vida, y una patrona del amor y la guerra.

¿Cómo era el culto a Asera en la Antigüedad?

El culto a Asera era llevado a cabo en altares dentro de santuarios y óvalos sagrados (kuduru); aquí, los sacerdotes y sacerdotisas ofrendaban alimentos y bebidas a la diosa. Los seguidores de Asera creían que la divinidad habitaba dentro de la estatua, la cual era custodiada por los sacerdotes y podía ser movida en procesiones.

Asera y el Patriarcado

¿Cómo fue que Asera desafió al Patriarcado en la Antigüedad?

Aunque dado el papel preponderante que las mujeres tenían en la práctica religiosa y política de Canaán, los estudiosos cree que Asera había desafiado al Patriarcado en algún momento de la historia.

El Dios El, quién éra una de las principales deidades del panteón cananeo, comenzó a eliminar de la mitología a otros dioses y diosas, pero en especial a Asera. El la habría relegado a ser una "esposa celestial", y dejo prácticamente escrito que "No hay diosa alguna junto a él".

¿Qué consecuencias tuvo la persecución y el olvido de Asera?

La eliminación del culto de Asera de la mitología cananea, y de las posteriores religiones abrahámicas, supuso no solo una eliminación de la figura divina femenina, sino de su papel en la creación y sostenimiento de la vida. Además, permitió el fortalecimiento de la autoridad masculina y la subordinación de las mujeres en la sociedad.

El Resurgimiento del Culto a Asera

¿Cómo ha sido el redescubrimiento y la reivindicación de Asera en la actualidad?

En la actualidad, movimientos feministas y LGTBIQ+ han comenzado a adoptar la figura de Asera como un símbolo de la lucha contra la misoginia, el heteropatriarcado y la opresión de género y sexualidad. La figura de Asera también se ha utilizado en ceremonias que celebran el amor y la fertilidad.

¿Qué movimientos feministas y LGTBIQ+ han adoptado a Asera como símbolo de lucha?

Organizaciones como "La Cofradía del Taller del Sol" y la "Orden de Asera" han luchado por rescatar e incluir la figura de Asera dentro del pensamiento contemporáneo. Además, dentro del movimiento feminista, muchas mujeres han utilizado esta figura como manera de empoderar a todas aquellas que se han enfrentado al patriarcado.

Conclusión

Asera es una diosa olvidada de la Antigüedad que ha renacido a través de la lucha feminista y LGTBIQ+. Su redescubrimiento y reivindicación son una manera de desafiar la hegemonía masculina y rescatar la figura femenina en la creación y sostenimiento de la vida.

Preguntas frecuentes

¿Existen evidencias arqueológicas del culto a Asera?

Sí, se han encontrado numerosas evidencias arqueológicas que muestran el culto a Asera en la Edad de Bronce.

¿Asera era una diosa guerrera o de la fertilidad?

Asera era comúnmente vista como una diosa de la fertilidad y la vida, aunque también se le atribuyen características como la protección y la guerra.

¿Cuál es la relación entre Asera y la diosa griega Afrodita?

Ambas diosas comparten ciertas características, como la fertilidad y el amor, aunque ambas son representaciones de divinidades diferentes.

¿Cuál es el impacto del redescubrimiento de Asera en la lucha contra la opresión de género y sexualidad?

La figura de Asera ha sido utilizada como un símbolo para luchar contra la misoginia, la homofobia, la bifobia y la transfobia. Ha permitido que las personas marginadas se empoderen y luchen por sus derechos y la igualdad de género.

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